Valpuesta

La pequeña localidad de Valpuesta sorprende por su gran colegiata, sus señoriales casonas y palacios blasonados y la poderosa torre defensiva que se alza en el centro mismo de la población.
Lo que antaño fuera una poderosa villa de señorío eclesiástico es hoy un pequeño núcleo rural perteneciente desde comienzos del siglo XIX al municipio burgalés de Berberana, un municipio formado por dos localidades cuyos términos no comparten linderos y situados geográficamente en valles diferentes. Mientras que la localidad de Berberana se localiza en el extremo oriental del amplio Valle de Losa, Valpuesta ocupa un angosto vallejo de complicada orografía en el Valle de Valdegovía, en el extremo nororiental del Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil y muy cerca del Parque Natural de Valderejo.
De los primitivos eremitorios a importante obispado
“... ad cellam de Ualle Composita...”
En un documento de finales del siglo IX del Cartulario de Valpuesta se leen estas palabras. La “cella” era el lugar para guardar o almacenar algo, pero ya desde los primeros tiempos de la cristianización se utilizó para referirse a los pequeños espacios, hoy conocidos como “eremitorios”, habitualmente en cuevas naturales o artificiales que servían de habitación a los anacoretas que se retiraban a practicar una vida de oración. Con el tiempo la palabra “cella” se utilizó también para designar un monasterio. El nombre de “Valle Composita” del que deriva el de Valpuesta, es probable que se encuentre relacionado, como el de Compostela, con el significado de “Valle del Cementerio”, ya que quienes repoblaron este lugar se supone que encontrarían en él las ruinas de una vieja iglesia con su cementerio.
A las afueras de la actual población todavía se conservan los restos de tres cuevas artificiales con huellas de ocupación y señales como entalladuras, huecos y mechinales, además de algunas losas de gran tamaño. Estas cuevas responden a las características de lo que pudieron haber sido viejas “cellas” ocupadas por eremitas, al igual que parece que ocurrió en muchos otros eremitorios rupestres de la cuenca del Omecillo.
“Ego Ihoannes episcopus sic ueni in locum que uocitant Ualle Composita...”
En un documento de dudosa autenticidad fechado en el año 804 y conservado en el Cartulario de Valpuesta, un obispo llamado Juan se refiere a la construcción de un monasterio en el lugar que llaman “Valle Composita” y a la repoblación de varias tierras de su entorno.
Ante la desvertebración del poder visigodo y del entramado episcopal previo, los monasterios asumieron un importante papel organizador del territorio. El monasterio de Valpuesta, al norte del Ebro, se convirtió en sede episcopal y en el foco de irradiación desde el que se creó una estructura eclesiástica que serviría de apoyo fundamental para el nacimiento y organización del Condado de Castilla.
No está claro cuando se creó el obispado de Valpuesta, pero se puede afirmar que fue monasterio y sede episcopal hasta la restauración de la sede de Oca en el año 1068, posteriormente trasladada a Burgos (1075). Valpuesta, cuyo monasterio se convirtió en Colegiata, sobrevivió como uno de los arcedianatos de esta nueva sede con un fuerte poder regional.
El cartulario de Valpuesta
El cartulario de Valpuesta, algunos de cuyos documentos se remontan a comienzos del siglo IX, es de enorme importancia por su extraordinario valor histórico. La documentación en él recogida, además de la gran cantidad de datos históricos que aporta, permite estudiar la evolución de la lengua castellana. Muchos de los textos más antiguos se encuentran escritos en latín romanceado, en el momento en que la lengua romance de Castilla se encontraba en plena evolución como habla popular. Son dos copias las que existen del cartulario, conocidas como el “Becerro Gótico” la más antigua, escrita en letra visigótica, y el “Becerro Galicano”, en letra carolina. Ambos se encuentran en el Archivo Histórico Nacional.
Colegiata de Santa María de Valpuesta
Declarada Bien de Interés Cultural desde 1992, fue un importante monasterio y sede episcopal en la época altomedieval, convirtiéndose posteriormente en Colegiata y en un importante arcedianato de la diócesis de Burgos.
Sobre una primitiva iglesia dedicada a Santa María, probablemente de época visigótica, se construyó una iglesia románica en el siglo XI sobre la que se edificó en el siglo XIV la iglesia gótica que se conserva en la actualidad, no quedando restos de la antigua románica. El pórtico situado en el muro norte, bajo el que se encuentra la portada gótica de acceso al templo, es del siglo XVIII y la poderosa torre de estilo neoclásico fue levantada a comienzos del siglo XIX. El claustro gótico situado al sur de la iglesia ha sido utilizado durante siglos como cementerio.
La iglesia es de nave única con cabecera poligonal en la que destacan sus magníficas vidrieras góticas y la gran calidad del retablo el siglo XVI con magníficas tallas de los doce apóstoles y de la Asunción. El retablo fue comenzado por Felipe Bigarny y León Picardo. El templo cuenta también con dos capillas adosadas al sur de la nave, varios retablos de diferentes épocas y estilos y un gran órgano sobre el coro.
Conjunto y casonas de Valpuesta
En el irregular conjunto urbano que se extiende en torno a la Colegiata predominan las sencillas viviendas en las que se aprecian las principales características de la arquitectura tradicional de la comarca, como las pequeñas solanas rehundidas en la fachada típicas de la arquitectura popular del Valle de Losa. Los pisos bajos son de piedra con amplios soportales en algunos casos, pudiendo apreciarse la belleza de los entramados de madera y adobe en gran parte de las casas, algunas de las cuales se encuentran magníficamente restauradas. Una interesante fuente de dos caños con pilón-abrevadero a ras de suelo preside una pequeña plazoleta.
Todavía se conservan algunos restos de las antiguas murallas, elementos de arquitectura culta como portadas con elegantes arcos en algunas casas, como el de la Casa del Arcediano, y alguna casona como la casa-palacio de Zaldibar (Çaldibar) construida a finales del siglo XVI que cuenta con varios escudos y una inquietante leyenda: “VIVE BIEN QUE AS DE MORIR”.
Torre de los Velasco
Lo más destacable de la arquitectura civil de Valpuesta es la impresionante torre situada frente a la Colegiata que destaca como símbolo del poder civil de una de las más poderosas familias de la vieja Castilla. La torre, de planta cuadrada y construida con buenos sillares, está coronada con almenas y tejado a cuatro aguas. Se encuentra rodeada por una cerca de piedra recorrida por saeteras en la que, sobre la puerta de acceso con arco apuntado, se encuentra el escudo con los veros de los Velasco.
Según una escritura del año 1408, el prior y cabildo de Valpuesta vendieron varias casas a Juan Fernández de Velasco, señor de Briviesca, Arnedo y Medina de Pomar y padre de quien sería el primer Conde de Haro, en cuyos descendientes recaería el nombramiento de Condestables de Castilla.
Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil
Valpuesta se halla inmersa dentro del Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil que incluye las sierras de Oña, la Llana, Pancorbo, Arcena y los propios Montes Obarenes, un espacio único que destaca por las hoces excavadas por los ríos Ebro, Oca y Purón. Todo el espacio esta incluido en la Red Natura 2000 con la declaración de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Partiendo de Valpuesta sale un sendero balizado, el SLC-BU 99, que, entre pinares y encinares, asciende hasta el alto del Rodil, situado sobre el pueblo.
Bibliografía:
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